Resumen
China ha resurgido no solamente en sus aspectos militares sino con gran poderío económico e influencia política. Consecuentemente, China está actualizando, reajustando y reequilibrando sus intereses geopolíticos, geoestratégicos y geoeconómicos a la nueva arquitectura mundial y a su nuevo carácter como líder global hegemónico. Y, así, avanzar al rango de primer potencia económica, política y militar; hecho que EE.UU. está tratando de limitar con una serie de estrategias como la iniciativa del TPP, entre otras acciones.
La presencia militar estadounidense en el Noreste de Asia ha sido un elemento de equilibrio disuasivo frente a China, Rusia, y Japón, que han tenido intereses históricos en el área, y más concretamente hacia la península coreana, que sin la presencia estadounidense, pudieran con todo su poder político, militar y económico tratar de ir expandiendo sus áreas de influencia. Sin embargo, todos los países involucrados en esta región han estado cooperando positivamente con el propósito de disuadir a Corea del Norte de su política de continuar con el desarrollo y ensayo de armas nucleares.
En suma, el análisis del noreste asiático y la reciente crisis en la península coreana es una oportunidad para medir la capacidad conjunta de China y Estados Unidos en el manejo de los asuntos globales. Esto nos permite ver la actuación de todos los intereses de las potencias globales en asuntos regionales en beneficio de sus intereses, pero también nos permite observar los asuntos regionales con implicaciones globales y la posición de China en la nueva configuración del poder internacional.